GASTRONOMÍA
Rica y diversa se posiciona esta cocina como la madre de la cocina castellana. Una variedad de platos típicos que hace que muchos de los visitantes vuelvan simplemente por su gastronomía. Además la buena adaptación de la cocina tradicional con la cocina más innovadora hace que la gastronomía albaceteña gane puntos.
En Albacete el uso de las ollas, el aceite, las legumbres y el pescado o la carne de caza es casi obligado debido a sus orígenes pastoriles. Ejemplo de esto es el gazpacho manchego elaborado con carne de caza.
De tradición pastoril nació el atascaburras, uno de los principales platos elaborado con huevo, aceite y bacalao que solía cocinarse en invierno, especialmente cuando nevaba.
Sus múltiples restaurantes y bares (también conocidos como taperías) ofrecen un sinfín de platos ligados a esta ciudad y sus tradiciones. A los ya mencionados se añaden las migas ruleras, las gachas de pastor, el pisto manchego o las judías con perdiz.
Sin embargo no hace falta un gran restaurante y alta cocina para disfrutar de comida típica de Albacete ya que sus embutidos y por supuesto su queso pueden hacer las delicias del paladar más exigente.
Una gastronomía interiorista, tradicional y muy ligada a la vida en el campo, sin olvidarse de la época que vive y por tanto adaptándose a cada cambio en la cocina.
REPOSTERÍA
La repostería típica de Albacete es rica y variada. Prueba de esto dan los visitantes que salen de la ciudad con cajas de los tradicionales ''miguelitos''. Estos dulces típicos de La Roda, se elaboran con una masa fina de hojaldre rellenos de crema pastelera y espolvoreados con azúcar glasé.
Otro de los postres que no debes olvidar probar si vas a Albacete son las flores fritas o hojuelas, como también son conocidas. La harina de trigo y el abundante huevo son sus principales ingredientes. Aunque si se quiere se puede añadir anís y miel de romero para terminar de darle ese toque especial.