HISTORIA DE LA CIUDAD
No se puede precisar con exactitud el origen de la ciudad de Albacete. Sin embargo los restos cerámicos sitúan temporalmente a la ciudad en la época andalusí. La hipótesis que se sostiene es que naciese como una pequeña alquería cercana a la localidad de Chinchilla de Montearagón.
Su nombre en árabe era Al – Basit lo que en castellano significa La Llanura. En el siglo XII, aproximadamente, se libró una batalla que costó la vida al rey Sayf al-Dawla, en lo que era ya a grandes rasgos Albacete.
Durante los siglos XIV y XV se localizan tres fortalezas en los tres puntos con mayor altitud: una situada en el Cerrillo de San Juan, otra en la actual Plaza de las Carreteras y la última en lo Alto de la Villa. Tras muchas disputas acerca de los terrenos y bienes los Reyes Católicos se hacen con el territorio, haciendo caer sobre éste todo su poder. Es por tanto que el pueblo de Albacete permanece fiel a la monarquía.
Ya en el comienzo de la Edad Moderna, Albacete continúa creciendo lentamente. En este momento Carlos I (quien es dueño y señor de la ciudad) decide regalar a su esposa, la emperatriz Isabel de Portugal.
A finales del siglo XVIII la salud, en el lugar donde se suponía que se estaba erigiendo la ciudad, era un problema grave, por lo que comenzó a construirse en 1805 lo que hoy es el Real Canal de María Cristina.
Tras un sinfín de problemas respecto al territorio que fueron derivados de la Guerra de Independencia y las epidemias que asolaron la ciudad, se constituye en 1833 la actual provincia de Albacete, 29 años después la reina Isabel II decreta Albacete como ciudad, con todas las de la ley. Es en este siglo donde llega la infraestructura con mayor peso en el cambio y crecimiento de la ciudad: el ferrocarril.
La Guerra civil española marcó mucho a esta ciudad en la que todavía hoy podemos ver restos de esta lucha.
Actualmente Albacete cuenta con más de 100.000 habitantes y miles de visitantes sobre todo durante su feria, que fue declarada Interés Turístico Internacional en 2010.