HISTORIA DE LA CIUDAD
Origen, fenicios y romanos
Los orígenes de Motril se remontan al neolítico, ya que existen yacimientos en la comarca, como por ejemplo la Cueva del Capitán de Lobres, en las que se tiene constancia en las inmediaciones del río Guadalfeo de la presencia del hombre hacia el IV milenio a.C.
Pero no se tiene constancia de actividad humana hasta el siglo IV a. C. Los fenicios crearon pequeños puertos para la pesca y el comercio. Se dice que fueron ellos quiénes crearon los primeros asentamientos alrededor de estos puertos, aunque esta teoría está por demostrar.
En la época romana, hay constancia de varias villas situadas a lo largo de la Villa Hercúlea, la cual recorría Andalucía. En la comarca de Motril, hubo un gran asentamiento de gran relevancia, Municipium Fimum Iulium Sexi (Almuñecar), ya que la vega de Motril era una bahía navegable. Cabe mencionar que en estas costas desembarcaron Aníbal y su ejército para abastecerse de plomo y cobre, antes de partir hacia la conquista de Roma, provocando la caída del Imperio Romano.
Época Musulmana y Edad Media
En la época musulmana, concretamente durante el Reino de Granada, Motril se convirtió en un núcleo urbano. Los musulmanes han dejado huellas de su paso por la ciudad, como su nombre derivado de Mu-Tra-Yil.
En esta época Motril contaba con unos 2.000 habitantes, dedicados a la agricultura, pesca, producción de azúcar y seda y al comercio. Su núcleo estaba rodeado por murallas con una pequeña alcazaba situada, que sirvió de residencia a la reina Aixa al-Horra durante los últimos años del Reino nazarí de Granada.
La ciudad contaba con 4 mezquitas, baños musulmanes (conservados hasta el s. XIX), la auxiluguia (sede del cadí hasta el s. XX) y 3 barrios situados a extramuros.
En 1489, la ciudad fue reconquistada por los Reyes Católicos, a lo que la ciudad respondió, en 1490, con una sublevación que terminó con la entrega definitiva de la ciudad en las Capitulaciones de Granada de 1492.
El s. XVI comenzó con una nuevas revueltas y ataques que finalizaron en 1507 con la expulsión de los moriscos. En este periodo Motril recibió su actual nombre y tuvo jurisdicción propia.
La ciudad quedó despoblada, por lo que comenzó una repoblación que se interrumpió en 1569, al comienzo de la Guerra de las Alpujarras, que redujo la ciudad a escombros. En 1570, tras la victoria cristiana prosiguió la repoblación de la ciudad.
Debido a los numerosos ataques berberiscos y turcos. En este espacio de tiempo se reedificaron las murallas, quedando solo 2 puertas de acceso, y se construyó la iglesia Mayor de la Encarnación, monumento más antiguo de la ciudad.
El s. XVII, fue un siglo un siglo de crecimiento y expansión económica para Motril, debido principalmente a la caña de azúcar. En 1657, Felipe IV concedió a la ciudad el título de “Muy Noble y Leal Ciudad de Motril”. Esta expansión se vio frenada por la peste de 1679, que diezmó la ciudad.
El s. XVIII se inicia, tras superar la peste, con la creación Real Sociedad Económica de Amigos del País en 1786, concedida por Carlos III.
Edad Contemporánea
Después de la Guerra de la Independencia, en el s. XIX, se inicia una nueva expansión e industrialización azucarera que la pone a la cabeza de la provincia. Este crecimiento económico vino acompañado de un crecimiento cultural de la burguesía, lo que hace la apertura del teatro Sexi y el teatro Calderón de la Barca (único que se conserva en la actualidad).
En junio de 1873, ocurrió un hecho singular, la proclamación de Motril como Cantón Independiente, a causa del abandono institucional de la ciudad y la falta de comunicación con Madrid. Esta fugaz república acabó un mes más tarde cuando se restableció el contacto con la capital.
A principios del siglo XX, se inician obras en el puerto y se mejoran las comunicaciones por carreteras con Málaga, Almería y Granada. Tras la dictadura, y con la actual democracia, Motril ha sufrido un cambio socioeconómico, dejando poco a poco atrás la agricultura y volcándose en el sector servicios y orientado al turismo.