Sevilla, situada al suroeste de la Península Ibérica, es una ciudad de España y capital de la comunidad autónoma de Andalucía. Después de Madrid, Barcelona y Valencia es la cuarta ciudad más poblada de España.
Rica en historia, bañada por el río Guadalquivir y desprendiendo olor a azahar, la ciudad hispalense tiene el casco antiguo más grande de España y cuenta con el único puerto interior del país. En el año 1929 la ciudad fue sede de la Exposición Iberoamericana que impulsó el crecimiento y desarrollo de su industria y urbanización, con la construcción de los pabellones del Parque de María Luisa, al igual que la Exposición Universal de 1992, de la que surgió su conexión ferroviaria con el AVE.
La capital andaluza está ligada a su papel en la historia y a su gran patrimonio cultural y monumental pero también ha sabido vivir al día y convertirse en centro de frescura e innovación, lo que atrae a visitantes de todas partes. La visita a la Catedral, La Giralda y el Real Alcázar es obligatoria para conocer la historia de la ciudad y del país.
Las posibilidades de movilidad dentro de la ciudad son infinitas, ya que cuenta con una amplísima red de transportes públicos con los que recorrer cada rincón: tren, metro, autobús, tranvía y bicicletas.
Con una gran oferta turística y de ocio, Sevilla es transitada a diario por miles de visitantes que disfrutan de sus tapas, sus tablaos y monumentos, además de su alegría, bullicio y hospitalidad.
Sevilla tiene un color especial, sobre todo si miramos hacia el Barrio de Triana desde el río Guadalquivir. Allá donde estemos, la ciudad tiene cosas que ofrecer. Desde explorar sus encantadores callejones hasta montar en bicicleta por sus más de 170Km de carriles ciclistas. Museos y centros de arte como el Museo de Bellas Artes, el Museo de Artes y Costumbres Populares, el Museo del Baile Flamenco, el Museo Casa de la Ciencia, entre muchos; parques temáticos como Isla Mágica junto al río; cines, teatros y salas de fiesta son sólo algunas de las infinitas posibilidades de ocio.
Y cuando llega la noche, Sevilla se viste de luces para acoger a gente de todas las edades y gustos. Bailar flamenco, tapear, visitar monumentos iluminados, perderse por las calles del Barrio Santa Cruz o pasear por el parque María Luisa. La ciudad que nunca duerme.
Si buscamos un itinerario de película, la ciudad ha sido escenario de múltiple rodajes. Con su promedio de 300 días de sol al año, la Plaza de España y el Real Alcázar de Sevilla se han convertido en el perfecto set para producciones de la talla de Juego de Tronos y Star Wars. Sentirse como un personaje de estas series mientras paseas por sus jardines lo convierte en un viaje de cine.
Todos conocen Sevilla por ser cuna de la Feria de Abril, celebrada 2 semanas después de Semana Santa. Muy ligada a la tradición taurina, la Feria, que se celebra en el barrio de los Remedios, se caracteriza por sus caballos engalanados, sus trajes de flamenca y sus casetas decoradas.
La Feria se inaugura con el llamado ‘Alumbrao’ que consiste en encender todas las bombillas de la Portada o entrada, cada año dedicado a uno de los monumentos emblemáticos de la ciudad y donde se degusta el plato típico: el ‘pescaíto’ frito.
A partir de ese momento se abren las casetas y el ambiente se vuelve festivo en todas partes y los protagonistas son el cante y el baile.
Estos días son perfectos para aprovechar y probar los platos típicos de la ciudad como son el ‘pescaíto’ frito, el gazpacho y cocido andaluz, el rabo de toro y los huevos a la flamenca.
Y como un dulce no amarga a nadie, no abandones la ciudad sin probar las tortas de aceite, los polvorones, los pestiños, los roscos de vino o los alfajores.